Con
20 años vistió
a Sophia Loren en La
Venus de la Ira
y con 29, tras su trabajo más
duro en el filme Nicolás
y Alejandra a causa del 'mobbing' al
que sus compañeros de rodaje le sometieron, por su juventud y
talento, ganó
el Óscar
de la Academia de Hollywood. Llegó
el respeto. A pesar de que esta diseñadora de vestuario asegura que en su área
de trabajo «se desenvuelven sin problema tanto mujeres como
hombres», Yvonne Blake también tuvo
que romper, sin saberlo, el techo de cristal. Esa barrera
invisible, pero real, que impide a muchas mujeres acceder a puestos
de importancia dentro de organizaciones de trabajo. Sí,
existe.
47
años después, tras vestir a celebridades que dan vida a jugosos
personajes tras títulos
como Faranheit
451,
Superman
o Los
fantasmas de Goya,
y diseñar el vestuario para cintas de François Truffaut, Milos
Forman o patrios como Vicente Aranda y Gonzalo Suárez,
recibe el Premio
Mujer de Cine 2014.
En
su quinta edición,
este premio concedido a mujeres relevantes en la historia
cinematográfica
española por abrir caminos para las de su género, no sin romper
reglas, nació con el propósito de promocionar y visibilizar el
trabajo de la mujer en la industria cinematográfica española. La
precedieron en el premio y la acompañan hoy la montadora Carmen
Frías,
la realizadora Cecilia Bartolomé, y la directora y guionista
Josefina Molina.
Cecilia Bartolomé, Carmen Frías, Yvonne Blake, Beatriz Isidro, Paula Ortiz y Josefina Molina tras el encuentro Mujeres de Cine. |
Este
año que Mujeres de Cine se ha consolidado
como un espacio de referencia y encuentro del cine español realizado
por féminas, han construido una mesa redonda intergeneracional en el
marco del Festival
Internacional de Cine de Gijón
en la que han participado las veteranas Yvonne Blake, Josefina Molina
y Cecilia Bartolomé, y las «jóvenes
promesas» Beatriz Isidro, figurinista, y Paula Ortiz, nominada al
Goya 2012 por mejor dirección
novel con «De tu ventana a la mía».
Mismo año en que Molina recibía
su Goya de Honor. «Las
maestras» dejan ahora paso libre a nuevas generariones que «les
agradecen el atajo». Pero, muy a su pesar, siguen reivindicando la
condición
de la mujer en el cine. Y es que algo debe de estar ocurriendo cuando
solo el 8 % de las películas
realizadas al año en España tiene sello femenino.
Teniendo
en cuenta que actualmente el acceso a la educación
está
a la par entre ambos sexos, algo que en la generación
de Cecilia aún
no se había
conseguido pues «tenía
que justificar en todo momento por qué estudiaba cine», las causas
deben ser otras.
La
economía
juega un papel importante, cuando la brecha salarial (medida
por la ganancia media por hora)
en España alcanza
un 19,3 % superior en los hombres respecto a las mujeres, lo que
supone 2,54 euros por hora de diferencia a favor de ellos, según
el ministerio
de Sanidad, Política Social e Igualdad. En el sector cinematográfico
no es diferente, aunque no todo es negativo: «Nuestras
directoras viven un momento de gran reconocimiento por parte de
festivales y de la crítica»,
convienen las presentes. Otro punto diferencial podría
ser la paridad en el hogar que, aunque cada vez está más
nivelada, en su mayoría
son las mujeres las que continúan
al cuidado del hogar y los hijos. «Llevamos años reivindicando las
guarderías
de rodaje. Pero muchos
productores no quieren gastar el dinero en esto», comenta Ortiz. Y
reflexiona: «Entonces, cuando una mujer alcanza un puesto de
dirección
en cualquiera de la áreas
de un rodaje suele ser a la edad de tener hijos, y se hace imposible
compaginar. Lo que genera que habitualmente descarten a las mujeres
para acceder a puestos de responsabilidad».
Otra
de las causas de esta desigualdad entre hombre y mujer está
en el imaginario colectivo. «En
los años 50 y 60 las mujeres no teníamos
el derecho de cometer errores» comenta Cecilia Bartolomé. «Por
ejemplo», continúa
Molina, «si un hombre como director cambiaba la cámara
de sitio hasta que encontraba el lugar adecuado para el plano decían
de él que era un perfeccionista. Si lo hacía
una mujer la tildaban de inepta». «Esta
situación
sigue ocurriendo», lamenta Paula Ortiz. Y prosigue: «Puedes sentir
a través de las preguntas de algunos directores de fotografía
como examinan si tu decisión
está
reflexionada y tomada con coherencia». Las
veteranas concluyen: «Nuestro papel en la actualidad es
reinterpretar
desde el punto de vista femenino una realidad que ha sido comúnmente
escrita por el sexo masculino. Hay que defender nuestra visión
del mundo, que es lo que han hecho los hombres desde siempre. Pero
con sinceridad, si no estás
perdiendo el tiempo». Ese será
el camino abierto que dejará la generación de Paula y Beatriz para las que vengan...
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